Impromptus
op. 90 D 899 y op. 142 D 935

Alfred Brendel
Franz SchubertPhilips 2007


Un sentimiento de tristeza o nostalgia predomina en estas breves composiciones, que son como pensamientos repentinos o meditaciones solitarias. Y sin embargo, la música de Schubert tiene siempre una nota de positividad irreductible, una esperanza que da forma y significado a la melodía, una positividad más intuida por la razón y exigida por el corazón que término de una pacífica posesión. Al comunicarnos su sentir más íntimo, Schubert es tan sumamente serio con su humanidad y su deseo que no puede dejar de aceptar abrirse a lo Eterno tal como el corazón le sugiere. Aunque no lo posea todavía, sin embargo lo reconoce como el objeto de su deseo y el fin de su espera.
Schubert se asoma al Misterio como de puntillas, como si no se sintiese digno.
Su grandeza está precisamente en un diálogo continuo con el Misterio. Un diálogo que parte tal vez de un dato concreto, de un rostro preciso, pero que fácilmente desemboca en el horizonte infinito y se abre al Tú del Misterio.

(Luigi Giussani - texto traducido del fasciculo adjunto al CD)